Los 10 Poderes del Diseño


Los Poderes del Diseño

no nacen de la fuerza y sí de la necesidad de las personas de comunicarse, afectar y ser afectados por otros.

1. El poder de anticipar

El poder de anticipar busca disminuir el miedo que despierta lo que vendrá, a través de contar historias o mitos. De este modo, el espectador dispone de la ilusión de apoyarse en las certezas que ofrece el creer que el futuro depende del pasado.

2. El poder de agendar

El poder de agendar radica en formular preguntas cuyas respuestas hagan surgir una de las tantas identificaciones que componen nuestra identidad, la adecuada, la que enfoca el escenario ideal en donde una acción se va a desenvolver.

 

“La identidad es un relato”

3. El poder de guiar

Quien tiene el poder de diseñar y manejar el espacio cuenta con la posibilidad de construir señales y guiar al espectador por senderos a transitar, como si ellos fuesen sus únicos destinos posibles. El diseño guía el camino del paseante marcando rumbos prefijados por alguien y presenta como lógica la visión del territorio de quien diseña los mapas de nuestra sociedad.

4. El poder de imaginar

El poder de imaginar nos brinda bienestar frente a lo desconocido. También nos permite introducir orden en el caos y enriquecer la conciencia de uno mismo.

Cuando vemos una imagen producida por otra persona estamos expuestos a incorporar una manera distinta de ordenar los fragmentos que componen nuestra vida.

“El poder se negocia
por medio de la comunicación”

5. El poder de recordar

Nuestra identidad es la historia que recordamos de nosotros mismos. Pero para contar con testimonios de esa memoria, necesitamos del mundo externo: imágenes, objetos o cuentos que sostengan su presencia. Las imágenes diseñadas son recursos mnemotécnicos que tienen el poder de grabar o descartar determinadas memorias, en especial las colectivas, condicionando la fijación de los relatos que son testigos de nuestra identidad.

6. El poder de movilizar

Las imágenes en la mente son las que vitalizan la voluntad, las que movilizan, animan a hacer y sentir cosas. Este poder de la imagen convierte una bandera en una nación, una escultura en un talismán, un hueso en un amuleto, una mascara en un espíritu y un dibujo en un mandala. Es un vehículo que ayuda a canalizar y movilizar los sentimientos y emociones asociables al mismo.

“El objeto es la causa del deseo”

7. El poder de materializar

El diseño funciona como un vehículo por el cual cosas latentes de la sociedad logran encontrarse, para luego materializarse. Cosas tales como los miedos o el amor. En este sentido, no tenemos miedo porque soñamos con monstruos, soñamos con monstruos porque tenemos miedo. Así, podemos entender este poder de como el recurso que le permite al espectador interactuar con cosas concretas, con sensaciones y emociones entendibles y visibles.

8. El poder de certificar

Una institución no tiene forma de certificar su existencia si no es con imágenes y objetos. Cosas como billetes, títulos, placas de policías, escudos o banderas, son las que le permiten hacerse presente y verificar su identidad. Porque un objeto diseñado tiene el poder de confundir al espectador, haciéndole creer que es la realidad o que es el emisario de alguien que se hace aquí presente.

“El futuro que queremos tener
primero debe ser imaginado”

9. El poder de generar deseo

Las imágenes diseñadas pueden ser consideradas como una especie de sueño que alguien crea para llegar a afectar o condicionar los deseos de otros, al mediar entre lo que significan los objetos y al intentar mostrar a quién y a qué desear. También al conectar la razón, percepciones y emociones, por medio de jugar con los sentidos, imaginar posibilidades; interpretar escenas; crear esperanzas y deseos

10. El poder de dominar

Quien tiene el poder de dominar los discursos, lo tendrá para dominar las identidades. El poder del diseño radica en fijar cuál es el discurso que estructura las identidades colectivas, qué historia será la que asociemos como respuesta ante la pregunta sobre qué somos.